Hotel Peninsular

La ubicación del Hotel Peninsular es excelente, lamentablemente el resto del servicio no fue tan bueno. El wifi no llegaba a las habitaciones, el olor del ascensor era desagradable, el desayuno era todo salado y poco dulce, al solicitar un secador de pelo y enchufarlo en el baño, se cortó la corriente y durante el día el recepcionista no era capaz de hablar español. Aunque el precio es barato, el hotel está destartalado y parece haber quedado en el tiempo.

Este hotel de Barcelona cuenta con una ubicación excelente, mientras que los exteriores son muy agradables, las habitaciones resultan ser una decepción; con decoración lúgubre, sin frigobar ni televisión, y muy ruidosas. Para el desayuno hay ciertas opciones, sin embargo, no hay fruta. Sin embargo, como nos íbamos antes de que comenzara el desayuno, nos ofrecieron poder pasar a tomarlo. Esto fue realmente agradecido.

Experimenté una gran decepción con el servicio recibido aquí. El empleado con gafas, que parecía a Dahmer de la serie, y el Jefe de Recepción no ofrecieron la mejor atención al cliente. Había reservado y confirmado 4 noches de estancia, pero unos minutos después nos dijeron que no había nada disponible. Además, nos pidieron que nos fuéramos y que volviéramos a pagar la habitación... Absolutamente increíble. Redactamos una hoja de reclamación pero no quisieron aceptarla. Finalmente dimos parte en la comisaría. Rogaría encarecidamente que nadie se aloje aquí.

Al hospedarnos en este establecimiento nos topamos con un trabajador en la recepción cuyo comportamiento resultó ser nada agradable. Esta persona resultó ser un borde de lo más estúpido, lo cual no beneficia en absoluto para fidelizar a los clientes.

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Me esperaba encontrar un lugar con una historia encantadora, pero resultó ser un lugar húmedo, sucio y con aspecto de abandonado. Las habitaciones eran oscuras, la ropa de cama era áspera y las mantas eran viejas. Además, los suelos estaban rotos y cubiertos de humedad, con descascarillas en las paredes. El peor de los momentos fue el desayuno: 6€ por persona por una vergüenza de calidad en todo. El zumo de naranja era agua mezclada con azúcar, el pan estaba rancio, el queso era plástico insípido y el jamón de york era de la calidad más baja. El personal era malhumorado y brusco y la inexistente atención no ayudaba ?. Esta fue una pena, ya que podríamos haber disfrutado de un lugar tan precioso y único, pero ahora está en mal estado. Mi consejo es que no vuelvan a este lugar ?.